Las recientes imágenes
de soldados estadounidenses tiroteando desde un vehículo en marcha a un
camionero afgano se ajustan a un patrón bien establecido de crueldad y
criminalidad; sin embargo, los afganos que informan de estos abusos se
encuentran invariablemente con la incredulidad como respuesta.
El mes pasado, salió a la luz un escandaloso video mostrando una
recopilación de imágenes de recientes operaciones estadounidenses en
Afganistán ambientadas con una alegre música de hip-hop. Seleccionado
para formar parte de una campaña de mercadotecnia para la empresa de
ropa militar Happy Few, el video mostraba a las tropas estadounidenses
disparando toda una variedad de armas, incluida una escopeta Benelli,
fabricada en Italia, filmada –en la escena que más indignación ha
levantado- abriendo fuego a dos pasos del conductor de un camión, cuya
ventanilla lateral se hace añicos cuando el vehículo estadounidense le
adelanta.
El ejército estadounidense ha reconocido implícitamente la autenticidad del video; su portavoz declaró a Reuters
que estaba “decepcionado y también preocupado”, añadiendo que “rechaza
el mensaje nada profesional y cruel que este video traslada”, y que se
ha abierto una investigación.
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