Hoy, igual que entonces en el campo de
los aliados, hay aún políticos y "expertos" que afirman que, a pesar del
horror, los bombardeos eran necesarios para evitar la muerte de
centenares de miles de soldados y civiles en una guerra muy larga. Este
argumento es falso y oculta las verdaderas motivaciones del gobierno
americano.
"Hacer una demostración de fuerzas"
En
agosto de 1945, replegado a sus principales islas y Manchuria, Japón no
era ya capaz de ofrecer una resistencia consecuente. Ocho millones y
medio de japoneses habían abandonado sus ciudades. La producción de
guerra se había reducido al mínimo. En las refinerías de petróleo la
producción había sido reducida un 83%, la producción de motores de avión
el 75%, la de las cabinas de avión un 60%. Seiscientas fábricas
importantes habían sido destruidas y el 90% de sus navíos habían sido
hundidos.
Un estudio realizado por el ejército americano tras la
guerra concluía que, incluso sin las bombas, Japón habría capitulado
ciertamente antes del 31 de diciembre, quizás incluso antes del 1 de
noviembre. En sus memorias, el general Eisenhower hablará de su "convicción de que Japón estaba ya derrotado, de que el bombardeo era completamente inútil" y que "la utilización de una bomba (no era) necesaria para salvar la vida de americanos". Más adelante, añade que el general MacArthur (el oficial de mayor graduación en el teatro de operaciones del Pacífico) "pensaba que el bombardeo era completamente inútil desde un punto de vista militar".
En fin, los Estados Unidos habían conseguido descifrar los códigos de
comunicación japoneses y sabían que Japón intentaba negociar y que
incluso contemplaba la posibilidad de rendirse.
Algunos analistas
evocan el argumento de que, tras haber gastado sumas colosales para
desarrollar la bomba, había que utilizarla o que el disparar las bombas
permitía observar el impacto, en situación real, de esta nueva arma. Por
otra parte, si las dos ciudades no habían sufrido los bombardeos
"clásicos" infligidos a otras ciudades japonesas...¿era para medir mejor
los efectos de la bomba atómica?
Es completamente posible que
tales cínicos argumentos hayan influido en la decisión. En una
conversación con el presidente Truman el 6 de junio de 1945, el Ministro
de asuntos exteriores, Henry Stimson dice: "Temía que antes de estar
preparada, el Ejército del Aire hubiera destruido de tal forma Japón
que el nuevo arma no gozara de una situación suficientemente creíble
para mostrar su fuerza". Frente a esta observación, el presidente "se ha reído diciendo que comprendía".
En fin, en materia de cinismo y de brutalidad, los aliados habían
mostrado ya su capacidad de aterrorizar a las poblaciones civiles con
armas clásicas, en Dresde y en Tokyo (entre 80 000 y 100 000 muertos en
cada ciudad).
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