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segunda-feira, 31 de agosto de 2015

La Grecia ficción

Junio de 2015. Apurando la negociación, Alexis Tsipras se niega a aceptar el ultimátum de la troika si no incluye una quita de la deuda griega.
Una deuda impagable creada principalmente para engordar los beneficios de la industria alemana, corromper al bipartidismo griego y, finalmente, parasitar financieramente el país hasta la ruina. Después de semanas la negociación ha llegado a un punto sin retorno: Tsipras se muestra dispuesto a aceptar cualquier acuerdo… pero éste debe incluir necesariamente una quita de la deuda griega.
El momento es óptimo para forzar la quita: La posición de las “Instituciones” se debilita. Una quiebra griega supone el pago de los CDSs, ese negocio redondo y opaco de “asegurar” la deuda –la famosa prima de riesgo- cuyos tenedores son mayoritariamente estadounidenses. Obama maniobra contra la postura rígida de Lagarde hasta el punto de que durante la negociación el servicio de informes del FMI desautoriza a su presidenta, afirmando taxativamente lo que todos saben: que la deuda griega es impagable y la quita inevitable. El informe se une al coro de todos los economistas independientes que desde los medios estadounidenses manifiestan su perplejidad ante las condiciones del rescate: colonialistas, ineficientes y antieconómicas.
Pero el Eurogrupo –los ministros de economía de la UE- tienen sus propios problemas: las concesiones a Grecia suponen un grave problema político en sus países: los gobiernos de Italia, Portugal y muy especialmente los de Irlanda y España, ven en la quita de la deuda griega un mensaje político letal para sus próximas aspiraciones electorales. El gobierno francés entra en erupción emparedado entre su papel de embajador de Obama en Europa y su propio proceso de recortes, un proceso que pende del hilo de los propios diputados del Parti Socialiste en el parlamento galo. Los parlamentarios alemanes de la CDU amenazan con no ratificar un acuerdo de quita.
Julio de 2015. Tsipras acelera la situación política: la quita es inevitable, si no hay quita no hay acuerdo, si no hay acuerdo hay referéndum… y si en el referéndum gana el NO, la troika tendrá que hacer frente a sus propias amenazas: o hay quita o hay quiebra. Y mientras el Eurogrupo no quiere ni hablar de quita, Estados Unidos no quiere ni hablar de quiebra.
Alemania intenta otra vez la campaña del miedo: pone a los medios y sus “encuestas” en pie de guerra, amenaza con no volver a negociar, fuerza al Banco Central a crear un corralito en los días previos… pero esta vez ya no da resultado: Tsipras y el NO reciben un contundente apoyo.

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