Esta noche también, como todas las noches desde que decenas de soldados
allanaron nuestra casa en el medio de la noche, mi esposa Nariman, mi
hija Ahed de 16 años y su primo Nur, la pasarán tras las rejas.
Aunque es el primer arresto de Ahed, ella no es ajena a vuestras
prisiones. Mi hija ha pasado toda su vida bajo la sombra de la prisión
israelí, desde mis largos encarcelamientos durante su infancia hasta los
repetidos arrestos de su madre, hermano y amigos, hasta la abierta
amenaza encubierta implícita en la presencia constante de los soldados
en nuestras vidas. Entonces su propio arresto era solo una cuestión de
tiempo. Una tragedia inevitable que tenía que suceder.
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