En un ventoso día de invierno de 2013, los palestinos de la ciudad de Beit Iksa en Cisjordania violaron la ley. Colocaron ladrillos de cemento
en una base rectangular, montaron algunas tiendas e izaron algunas
banderas. Todo esto era ilegal y los aldeanos lo sabían, pero erigieron
el campamento y le dieron el orgulloso nombre de "Bab al-Karamah",
"Puerta de la dignidad" en español. Los aldeanos hicieron de la ciudad
destartalada una forma de protesta contra las enrevesadas leyes
militares que rigen las normas bajo las cuales los palestinos pueden
usar la tierra en Cisjordania.
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