Desde hace meses, la publicidad de prostitución inunda las calles y
plazas de numerosos barrios de la capital. Lo hace en forma de
llamativas tarjetas de visita que se colocan en los parabrisas y
ventanas de los vehículos aparcados, y que se encuentran al alcance de
viandantes y vecinos, tenga la edad que tengan. La mayoría de las veces,
los cartones incluyen un teléfono de contacto y fotografías explícitas
en las que la mujer aparece como mera mercancía.
Ante un fenómeno que no cesa de crecer, para inquietud de madres,
padres, abuelas y abuelos, que ven como algunos niños “coleccionan” este
tipo de tarjetas como si de cromos se tratase, asociaciones vecinales y
AMPAs de diversas zonas de Madrid han lanzado una campaña de
sensibilización con objeto de que desaparezcan de las calles de Madrid.
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