Al tiempo que se renueva el interés en el marxismo y el feminismo y la
mirada de Marx sobre “género” recibe una nueva atención, emergen nuevos
consensos entre las feministas que también moldean mi abordaje del
tema.1/ En primer lugar, mientras que en los trabajos tempranos de Marx
pueden encontrarse denuncias sobre las desigualdades de género y el
control patriarcal en la familia y en la sociedad, es de común acuerdo
que “Marx no tenía mucho para decir sobre el género y la familia”
(Brown, 2012:143)2/ y que, incluso en El capital,su mirada al respecto
debe reconstruirse de observaciones dispersas. No obstante, el trabajo
de Marx ha sido de gran contribución para el desarrollo de la teoría
feminista, aunque no se basa en su totalidad en sus pronunciamientos
directos sobre el tema. No solo su método histórico materialista ha
ayudado a demostrar que las jerarquías e identidades genéricas son
constructos (Holmstrom, 2002a), sino que su análisis de la acumulación
capitalista y la creación del valor ha dotado a las feministas de mi
generación con poderosas herramientas para repensar tanto las formas
específicas de explotación a las que las mujeres han sido sometidas en
la sociedad capitalista como la relación entre sexo, raza y clase
(James, 1975). Sin embargo, el uso que las feministas han hecho de Marx
las ha conducido en el mejor de los casos en una dirección diferente de
la que él trazó. Escribir sobre género en El capital es reconciliarse
con dos Marx diferentes y, agrego, dos puntos de vista diferentes sobre
género y la lucha de clases. De acuerdo con esto, se observan dos partes
a continuación.
Sem comentários:
Enviar um comentário