Los militares juegan un papel cada vez mayor a la hora de definir la
agenda de política exterior y, por extensión, de política interior en
Estados Unidos. El ascenso de “los generales” a puestos estratégicos del
régimen de Trump es evidente y ello refuerza la autonomía del ejército
en la determinación de la agenda de política estratégica.
En este
artículo analizaremos las ventajas que aportan los planes bélicos a la
élite militar y las razones por las cuales “los generales” han
conseguido imponer su punto de vista sobre la realidad internacional.
Examinaremos la influencia del estamento militar sobre el gabinete
civil de Trump, consecuencia de la degradación implacable de la
presidencia que lleva a cabo la oposición política.
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