1.
Hay una crisis internacional del capitalismo, que viene desde 2008 con
consecuencias para las economías periféricas y en las políticas del
capital.
2. Hay un proceso en curso de cambios en la
naturaleza del ESTADO burgués, que fue gestionado en el capitalismo
industrial y ahora en el capitalismo financiero necesita de otro Estado,
que está en proceso de mutación.
3. Hay una crisis
profunda en Brasil: económica, política, social y ambiental que se
asemeja a la que vivimos antes en 1930/60/80, y siempre son prolongadas.
4.
Hay una ofensiva del capital internacional sobre las economías
periféricas, en búsqueda de recursos naturales, materia prima, energía y
mercado para que salgan de sus crisis.
5. La crisis económica brasileña agotó el modelo neodesarollista.
6.
Algunos ejemplos de crisis económica y social: existen 12 millones de
personas desempleadas. La tasa de desempleo subió en todas las grandes
regiones del país, llegando a 11,3% de la populación económicamente
activa y en la industria pasa de los 15% y entre los jóvenes llega a
20%; el ingreso medio del trabajador brasileño cayó. En el período entre
2014 y 2016, la caída del ingreso per cápita del brasileño debe llegar a
9,4% de acuerdo con proyecciones de la Fundación Getulio Vargas. Esa
caída actual solo pierde para el período entre 1981 y 1983, cuando el
PIB per cápita cayó 12,4%. El aumento del endeudamiento de las familias
en los últimos años indica el empeoramiento de las de las condiciones de
vida de la población, porque compromete el presupuesto familiar. En
2005, las deudas representaban 18,42% de la renta. Hoy, corresponden a
44,3%[1]. La violencia contra la juventud en las periferias mata 50 mil por año.
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