Shimon Peres sufrió un grave ataque de apoplejía hace dos días y aunque su salud ha mejorado
desde que entró en el hospital, a los 93 años está en el ocaso de su
vida. Es adecuado hacer un balance de su legado como figura de una época
que se extiende desde la fundación del Estado hasta nuestros días. No
puedo pensar en otro político israelí activo con ese tiempo de servicio y
tanto alcance en la historia.
Cuando muera Peres toda una
nación le llorará como a un padre fundador del Estado. Alguien que
sirvió con fidelidad y diligencia durante casi siete décadas. Se
derramarán reconocimientos. Los presentadores mostrarán imágenes
históricas de él con su mentor político, David Ben Gurion, y salmodiarán
solemnemente las obras del gran hombre.
Pero, como suele ser
el caso en estos asuntos, la verdad está en otra parte. Peres comenzó su
carrera como chico de los recados de Ben Gurion. Fue diligente e
inventivo. Lo que el jefe necesitaba que se hiciera, Peres siempre
encontró una manera de lograrlo. Con el tiempo se convirtió en su
principal apoyo. Así es como se le asignó la tarea monumental de
conseguir la bomba para Israel. Tal tarea no era nada fácil y requería
gran determinación, creatividad, y hasta considerar el robo. Peres fue
más que apto para la tarea.
La versión no censurada de la
historia, de Walla, describe el engaño de Peres que permitió eludir la
prohibición del tratado internacional nuclear con Francia contra la
venta de uranio a Israel.
Casi desde el primer momento de la
fundación del Estado de Israel Ben Gurion aspiraba a crear un arma
nuclear. Veía esto como su dispositivo del día del juicio final. Sería
el as que podría sacar de la manga si todas las cartas jugaban contra
él. A pesar de que la fuerza estratégica real de Israel era bastante
robusta, Ben Gurion indicaba lo contrario. En un famoso y reconocido
episodio de la época se le ve mirado un mapa de Oriente Medio desplegado
en la pared de su estudio mientras el líder exclamaba ante los que le
rodeaban: "no pude pegar ojo la noche anterior a causa de este mapa.
¿Qué es Israel? Una pequeña y simple mota. ¿Cómo puede sobrevivir en
medio de este mundo árabe?”
Esto fue parte integrante de la
estrategia israelí de mostrarse a sí mismo como la víctima eterna, la
parte más débil de todos los conflictos que requiere apoyo moral y
militar para evitar su destrucción. Nada de esto era cierto. Sin
embargo, a raíz del Holocausto, el mundo sentía que no podía permitir la
posibilidad de que ocurra nuevamente. Así fue como Israel se convirtió
en el pequeño David frente al Goliat árabe a los ojos de gran parte del
mundo a partir de 1948.
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