Hay más de trece millones de niños sin poder acceder a la educación a causa de los conflictos en Oriente Medio, según declaraciones de la ONU
 del pasado jueves, que ha advertido que “las esperanzas de toda una 
generación” se desvanecerían como no puedan volver a las aulas. 
 
 En un informe sobre el impacto del conflicto en la educación en seis 
países y territorios de toda la región, el Fondo para la Infancia de las
 Naciones Unidas, UNICEF, dijo que había más de 8.850 colegios que ya no
 podían utilizarse a causa de la violencia y la destrucción. 
 
 
Detallaba casos de estudiantes y profesores bajo fuego directo, aulas 
utilizadas como refugios improvisados y niños que tienen que atravesar 
líneas activas del frente para poder realizar sus exámenes. 
 
 
“Los niños de toda la región están padeciendo el destructivo impacto del
 conflicto”, dijo Peter Salama, director regional de UNICEF para Oriente
 Medio y Norte de África. 
 
 “No se trata sólo de los daños 
materiales en los colegios sino de la desesperación experimentada por 
toda una generación de escolares que ven sus esperanzas y futuro hechos 
añicos.” 
 
 Sólo el pasado año, UNICEF documentó 214 ataques 
contra colegios en Siria, Iraq, Libia, los Territorios Palestinos, Sudán
 y Yemen. 
 
 En Siria, dijo, la educación estaba pagando un “precio brutal” tras cuatro años y medio de conflicto. 
 
 Uno de cada cuatro colegios ha tenido que cerrarse desde que estalló el
 conflicto, provocando que más de dos millones de niños tengan que 
abandonar la enseñanza y que casi medio millón puedan perder la 
escolarización. 
 
 Además, más de 52.000 profesores han dejado sus
 puestos, por lo que el sistema educativo del país se ha desmoronado 
ante la grave carencia de personal adecuadamente preparado. 
 
 
“Incluso esos profesores sirios que han terminado convertidos en 
refugiados en otros países están enfrentando una serie de obstáculos que
 les impiden trabajar”, decía el informe. 
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