En el paroxismo de la crisis que sacude Grecia asistimos al
desencadenamiento de un sexismo extremadamente violento contra las
mujeres. Y esto pasa en el escenario político, a la vista de todo el
mundo. Pensamos que ese sexismo extremo y violento que está empezando a
tomar las dimensiones de una verdadera epidemia, difiere sensiblemente
del viejo sexismo cotidiano que conocimos en un pasado reciente más
pacífico, antes de la actual crisis de la deuda.
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