Ramallah. Un acuerdo sobre un gasoducto entre Israel y Europa
destinado a convertir a Israel en un gran exportador de energía en el
Mediterráneo ha sido objeto de críticas por parte de los palestinos, en
particular porque la sitiada Franja de Gaza sigue sufriendo una agobiante crisis energética.
"El acuerdo del oleoducto entre Israel, Italia, Chipre y Grecia no sólo
favorecerá a las empresas que se benefician directamente de la
ocupación del territorio palestino", dijo a Al Jazeera Shawan Jabarin, director general de Al-Haq.
"También proporciona un incentivo para que Israel continúe el cierre de
la costa de Palestina y una aprobación tácita por parte de Europa al
"bloqueo naval" de Israel y la continuidad del conflicto armado
internacional en las aguas de la Franja de Gaza. El pueblo palestino
ocupado continuará siendo brutalmente reprimido, aún más, por la
expansión de la industria del gas de Israel”.
Los ministros de
Israel, Grecia, Italia y Chipre, así como el comisionado de la Unión
Europea para la acción climática y de la energía, firmaron una
declaración conjunta este mes para sellar su compromiso con la
construcción de un gasoducto que llevará el gas natural recientemente
descubierto de Israel y Chipre a Italia y al mercado europeo oficial a
través de Grecia.
Se espera que el oleoducto -descrito por el
ministro israelí de Energía Yuval Steinitz como "el gasoducto submarino
más largo y profundo del mundo"- esté en funcionamiento en 2025.
Steinitz elogió el proyecto como el "comienzo de una maravillosa
amistad entre cuatro países del Mediterráneo", mientras Miguel Arias
Cañete, comisario de la UE para la acción climática y energía, señaló:
"Apoyamos firmemente el desarrollo de la región, tanto desde un punto de
vista general y en particular como futura proveedora de gas".
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