No hay nada más parecido a una persona machista de derechas que una
persona machista de izquierdas. El machismo es machismo, anide en la
ideología que lo haga. Es importante que dejemos los eufemismos y
reconozcamos abiertamente que dentro de la izquierda hay fuertes
reacciones machistas. Resulta fundamental asumir esta realidad para
atajarla.
Cierto es que la izquierda, tanto la política como la sindical o la social, han tenido una sensibilidad especial a las demandas del movimiento feminista, pero no es menos cierto que la realidad es que dentro de estas organizaciones lo que hubo, y hay, son movimientos feministas internos de mujeres, y también algunos hombres, que van abriendo camino a la igualdad y al feminismo, no sin reticencias. Fruto de esas presiones que nacen en los senos internos de las organizaciones de izquierdas hemos alcanzado marcos legislativos y normativos y, al menos, condenas públicas del machismo y de la violencia que genera.
Cierto es que la izquierda, tanto la política como la sindical o la social, han tenido una sensibilidad especial a las demandas del movimiento feminista, pero no es menos cierto que la realidad es que dentro de estas organizaciones lo que hubo, y hay, son movimientos feministas internos de mujeres, y también algunos hombres, que van abriendo camino a la igualdad y al feminismo, no sin reticencias. Fruto de esas presiones que nacen en los senos internos de las organizaciones de izquierdas hemos alcanzado marcos legislativos y normativos y, al menos, condenas públicas del machismo y de la violencia que genera.
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