Hoy por hoy, el hecho de que haya un golpe en marcha en Brasil y que la
derecha esté empleando medidas extraordinarias para derribar a Dilma
Rousseff ya no es noticia.
Lo que apenas se discute en medio del
derroche de palabras sobre la destitución de Dilma Rousseff y la
corrupción en Brasil es el contexto más amplio: la forma en que el
capital financiero internacional está trabajando con Hillary Clinton y
otros miembros de la elite política de Estados Unidos para reafirmar el
Consenso de Washington en América latina; la forma en que las derechas
regionales están colaborando con ese proyecto; y la forma en que esto se
manifiesta en los países seleccionados. A pesar de que algunas de las
piezas de este rompecabezas podrían estar fuera de la vista, es el
momento de reunirlas todas para ver la cuestión en su cabal dimensión.
Brasil y Argentina: dos casos de estudio sobre la intromisión de Wall Street en América latina
Mientras
el mundo espera el siguiente episodio del drama brasileño, es muy
importante señalar por qué se está dando este espectáculo de la
destitución (impeachment, en inglés). Después de haber sido
electa y reelecta cuatro veces en otras tantas de las últimas
elecciones, Dilma Rousseff y el Partido de los Trabajadores (PT) son
innegablemente la formación política más popular de Brasil, un país
conocido por su profunda división entre la elite adinerada de derecha y
las inmensas masas de trabajadores y pobres que apoyan predominantemente
a la izquierda, incluyendo al Partido de los Trabajadores en los
últimos años.
Dentro de esta dinámica, de ninguna manera es
sorprendente comprobar que el gobierno está siendo derribado por una
coalición de extremistas de la derecha, desde aquellos que apoyan
desembozadamente una dictadura militar brasileña instalada por Estados
Unidos hasta quienes solo quieren ver un Brasil embarcado en un modelo
de desarrollo económico más neoliberal. Sin embargo, lo que podría
sorprender a algunos es el papel clave que los poderosos intereses
financieros tienen, y continuarán teniendo, en este proceso y en
cualquier futuro gobierno de Brasil.
A mediados del pasado abril,
justamente mientras se preparaba el voto de destitución, la agencia
Reuters de información reveló que el derechista vicepresidente de
Brasil, Michel Temer, ya estaba preparando la lista de candidatos para
formar su presunto gabinete una vez que Dilma y el PT fuesen quitados de
en medio. Temer había elegido a Paulo Leme para hacerse cargo tanto del
ministerio de Economía como de la dirección del Banco Central. Dado que
Leme es el director de operaciones de Goldman Sachs en Brasil, esto
quizá le convertiría en la figura preeminente de Wall Street en el país
sudamericano.
Sem comentários:
Enviar um comentário