Cerrar el paso a la extrema derecha. Bien. ¿Y después? En un contexto marcado por la confusión ideológica Emmanuel Macron
ha ocupado el primer plano, se ha aferrado al podio y ha desplegado sus
ideas fetiche: “sociedad civil”, “presidencia jupiterina”, “espíritu de
conquista” … Tenemos razones para
preguntarnos por este lenguaje pretencioso. Y es que mientras tanto las
derivas vinculadas al estado de urgencia, los intentos de atentado frustrados, los ataques islamófobos, la exclusión de los jóvenes o incluso el azote del sexismo continúan todavía a buen ritmo. ¿Qué lugar queda para “las personas que no son nada”? Para hacernos una idea hemos entrevistado al sociólogo Said Bouamama, especialista en el aspecto estructural de las discriminaciones en Francia y autor de muchas obras de referencia.
El gobierno Macron ha destacado una idea de unión de la “sociedad civil” en torno a su proyecto. ¿Cómo definiría usted esta famosa “sociedad civil” y qué límites tiene?
El concepto de sociedad civil se ha convertido en un lugar común del
debate político y mediático con tantas definiciones como personas lo
utilizan. Esta polisemia del concepto pone de relieve que su significado
es objeto de múltiples interpretaciones que lo desvían del significado
que había adquirido en las polémicas políticas desde los inicios del
modo de producción capitalista.
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