Con sencillez y profundidad, Oscar Ugarteche y Armando Negrete, del
Observatorio Económico Latinoamericano (Obela), trazan las nuevas
fracturas tectónicas en la región en un breve y documentado artículo
titulado Perspectivas de las economías latinoamericanas frente a la economía mundial (goo.gl/vGQV48).
El argumento central es que el giro proteccionista, en Estados Unidos con Trump y en Inglaterra con el Brexit,
acelera los cambios económicos (y geopolíticos) en la región, donde las
economías son cada vez más dependientes y están estructuralmente
abroqueladas en el patrón de acumulación de la década de 1950, o sea,
exportación de materias primas e importación de bienes industriales.
En
este marco de profundización de la dependencia, la emergencia de China
como actor central en el sistema-mundo ha provocado una fractura
estructural en América Latina: Sudamérica ha virado hacia China y la
cuenca del Caribe ha estrechado su histórica relación con Estados
Unidos, sostienen Ugarteche y Negrete.
Para graficar esa
fractura, muestran las tendencias comerciales de los países de América
del Sur, por un lado, y los de América Central, México y el Caribe, por
otro. El resultado es que México envía 81 por ciento de sus
exportaciones a Estados Unidos, en tanto Brasil exporta sólo 12 por
ciento y Argentina 5 por ciento a ese destino. El color de los gobiernos
no es lo fundamental: el derechista argentino Macri ha renovado y
profundizado los lazos con China, por razones estructurales.
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