La sociedad capitalista tiene como uno de sus rasgos principales la
opacidad. Si en los viejos modos de producción precapitalistas la
opresión y la explotación de los pueblos saltaba a la vista y adquiría
inclusive una expresión formal e institucional en jerarquías y
potestades, en el capitalismo prevalece la oscuridad y, con ella, el
desconcierto y la confusión. Fue Marx quien con el descubrimiento de la
plusvalía descorrió el velo que ocultaba la explotación a la que eran
sometidos los trabajadores “libres”, emancipados del yugo medieval . Y
fue él también quien denunció el fetichismo de la mercancía en una
sociedad en donde todo se convierte en mercancía y por lo tanto todo se
presenta fantasmagóricamente ante los ojos de la población.
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