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quinta-feira, 13 de julho de 2017

Querían impedirme actuar y ahora, en cambio, pueden escucharme

Mi actuación estaba programada para el 8 de julio en el Vienna Jazz Festival con el virtuoso intérprete jordano palestino de laúd Kamal Musallam y el embajador musical de Indonesia Dwiki Dharmawan. Nuestra banda se llama World Peace Trio y se dedica a difundir un mensaje de reconciliación y armonía humanas. Parece que el lobby sionista austríaco se opuso a este mensaje. Utilizaron todas las jugadas truculentas disponibles en la Hasbara israelí para empujar a la sumisión de la ciudad de Viena. El Festival de Jazz de Viena fue informado por su principal financiador (la ciudad de Viena) de que Gilad Atzmon debía ser expulsado.
Por supuesto al lobby judío le volvió a salir el tiro por la culata. Me impidieron actuar así que en vez de esa actuación esa noche fui invitado por la Sociedad para las Relaciones Austro-árabes para entregar mi mensaje de disentimiento (el vídeo se lanzará pronto).
Probablemente me alegraría el hecho de que la invitación atormentara a los sionistas ardientes lo suficiente como para esforzarse en empujar a la ciudad de Viena a actuar como saboteadora cultural. A pesar de sus acciones nadie fue capaz de decirnos a mí ni a los demás miembros del Trio por la Paz Mundial qué es lo que tienen que objetar. ¿Qué es lo que no podían decir? ¿Es la publicación de mi nuevo libro Being in Time, que asusta a mis detractores? ¿Es el hecho de que en el libro vuelvo a articular la dicotomía Jerusalén/Atenas? ¿Es porque analizo el fracaso sistemático de lo político? ¿O tal vez el problema es que me las arreglé para aclarar el significado de la dominación del lobby judío en Occidente?

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