En su libro, El Final de América (2007), Naomi Wolf plantea
preocupación por el creciente autoritarismo en los Estados Unidos y su
giro fascista. El fascismo llega al poder en Italia y Alemania legal e
incrementalmente y dentro de democracias funcionales, dice, pero muchos
piensan que sube violenta y repentinamente. (4) Identificar el proceso
ayuda a entenderlo. Para nosotros, el acercamiento entre Canadá y
Estados Unidos hace que lo que aplica a EEUU nos aplique también. A
partir del gobierno de Brian Mulroney (Primer Ministro desde 1984 a
1993) y con la firma de CUSFTA (tratado de comercio entre Canadá y
Estados Unidos) la identidad canadiense (más estatista y menos
guerrerista) se cuestiona. Integrarse significa parecerse más a nuestros
vecinos. CUSFTA favorece agresivamente la integración; y con la firma
de NAFTA (que incluye a México) la integración es continental. Pero
ambos tratados favorecen el libre flujo de capitales y un creciente
poder corporativo y adoptarlos ha sido como adoptar una Constitución
económica, una que limita el poder del estado, políticos elegidos y
ciudadanía. McBride y Shields argumentan que lamentablemente “el
estado canadiense ha sido cómplice activo en su propio desarme (debido
a) la dominancia del capital sobre el proceso político del país” (8).
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