Footprints - Praia do Castelejo, Vila do Bispo, Algarve

quinta-feira, 27 de julho de 2017

Venezuela, los aprendices tropicales de ISIS

Carlos Eduardo Ramírez salió a buscar empleo el jueves 18 de mayo. Alrededor de las 3 de la tarde caminaba por una de las calles cercanas a la estación del Metro de Altamira, en Caracas, cuando un grupo de unos 20 opositores al gobierno encapuchados lo abordó. De inmediato comenzaron a golpearlo con palos y piedras. Uno llevaba una pistola. ¡Mátalo, mátalo, mátalo! ¡Se tiene que morir ese chavista!, le gritaron.
Carlos Ramírez les gritó: ¡Yo no soy chavista, yo no soy chavista! ¿Por qué me van a matar? ¡Déjenme vivir que quiero ver a mi hija! Los enmascarados le echaron gasolina encima y le prendieron candela. Él comenzó a saltar, a correr, a gritar y se tiró al piso para sofocar las llamas. La policía municipal de Chacao (municipio en manos de la oposición) no hizo nada para evitarlo. Sólo lo auxiliaron los bomberos (https://goo.gl/tDTB7A).

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