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segunda-feira, 17 de julho de 2017

Las jornadas de julio de 1917: el primer intento de asaltar los cielos

A comienzos de verano de 1917 la situación en Petrogrado seguía deteriorándose. Los reveses en la guerra y la escasez de bienes comenzaban a impacientar a los consejos de obreros y soldados, que demandaban al Soviet de Petrogrado asumir plenamente las funciones de gobierno. Una manifestación armada que se extendió por tres días para empujar al Gobierno Provisional a adoptar medidas de urgencia fracasó, pero la experiencia no cayó en saco roto.
¡Abajo los ministros de los capitalistas!”, era el nuevo eslogan que recorría las calles de Petrogrado en 1917. La llegada de Lenin en abril iba empujando lentamente a los bolcheviques hacia posiciones revolucionarias y cimentando la situación de doble poder (dvoevlastie), que, en palabras de Trotsky, “por su propia naturaleza […] no puede ser estable”. Las posteriormente conocidas como jornadas de Julio fueron el primer aviso serio para el débil Gobierno Provisional de que los consejos (soviets) de diputados soldados y obreros -con capacidad para movilizar a cientos de miles de personas- no estaban dispuestos a aceptar soluciones a medias.
Aunque esta serie de manifestaciones armadas terminó con el arresto de varios dirigentes bolcheviques, “como prueba técnica”, como escribiría más tarde el presidente del Partido Democrático Constitucional (kadet) Pável Miliukov, “la experiencia fue sin duda para ellos [los bolcheviques] de un valor extraordinario: les mostró con qué elementos tenían que tratar, cómo organizar a esos mismos elementos y, finalmente, qué resistencia opondría el gobierno, el soviet y las unidades militares... Era evidente que cuando llegase el momento de repetir el experimento, lo llevarían a cabo de manera más sistemática y concienciada.”

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