Sébastien Madau: Estados Unidos ha indicado que iba a evocar con Cuba
el tema de los derechos humanos, ¿a qué aspectos se refiere?
Salim Lamrani: Estados Unidos siempre ha instrumentalizado el tema de
los derechos humanos con fines políticos. Conviene recordar que desde
1991Washington esgrime el argumento de los “derechos humanos” para
justificar su hostilidad hacia La Habana y mantener las sanciones
económicas que estrangulan a la población de la isla. Para explicar el
estado de sitio contra Cuba, la retórica diplomática fluctuó según las
épocas: desde 1960 Washington aludió sucesivamente a las
nacionalizaciones, a la alianza con la Unión Soviética, luego a la ayuda
que brindó Cuba a los movimientos de independencia en África y a los
grupos revolucionarios en América Latina y finalmente a los derechos
humanos.
Para Estados Unidos los derechos humanos y la
democracia son automáticamente sinónimos de multipartidismo, de economía
de mercado y de medios de comunicación privados. Desde luego los
cubanos no comparten este punto de vista.
SM: Cuba, por su
parte, dice estar dispuesta a abordar esta problemática, pero siempre
que se hable también de la situación en Estados Unidos, ¿qué quiere
subrayar exactamente?
SL: Cuba siempre ha estado dispuesta
a abordar todos los temas con Estados Unidos con tal de que se respeten
tres principios: la igualdad soberana, la reciprocidad y la no
injerencia en los asuntos internos.
Cuba considera que los
derechos económicos y sociales son tan importantes como los derechos
civiles y políticos. Así, es imprescindible que todos los ciudadanos,
cualquiera que sea su origen étnico, geográfico o social, tenganacceso
universal a la educación, a la salud, a la cultura, al ocio y a la
seguridad, sin ninguna discriminación. Evidentemente la sociedad de
Estados Unidos está lejos de ofrecer todas estas garantías. Cerca de 50
millones de personas no tienen acceso a una protección social digna de
ese nombre. Las minorías de ese país tan rico sufrendesempleo,
precariedad y son las principales víctimas de la violencia que cometen
las fuerzas del orden. La repartición de las riquezas es inexistente.
Ahora bien, toda democracia debe proceder a una repartición equitativa
de la riqueza nacional para que cada ciudadano pueda vivir con dignidad.
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