Es significativo que Netanyahu propusiera esta demanda para el
reconocimiento internacional de la anexión del Golán sin abordar la
cuestión más amplia de un tratado de paz con Damasco, que siempre ha
sido parte del contexto diplomático ampliado en el que se han llevado a
cabo negociaciones sobre los altos del Golán.
Siria, por
supuesto, no está capacitada para considerar su participación en las
negociaciones sobre el futuro de los altos del Golan. Tampoco hay
demasiada evidencia de que alguna de las partes involucradas en la
guerra de Siria esté preparada para reconocer la soberanía israelí.
Tanto el líder de la oposición Riad Hijab como Bashar al-Jaafari,
embajador sirio, coincidieron en un inusual acuerdo sobre su rechazo categórico de la declaración provocativa de Netanyahu.
En cualquier caso Netanyahu no está preocupado por las opiniones de
Siria en la materia. Está apuntando a una diferente, completamente y en
su opinión más decisiva audiencia. Ni siria ni árabe, sino de E.E.U.U y,
en especial, de Rusia.
El día anterior a la reunión de
gabinete en los altos del Golán Netanyahu presentó la amplia lista de
las demandas de Israel a Siria durante una conversación con el secretario de Estado John Kerry.
"Dije al secretario de Estado que no nos opondremos a un arreglo
diplomático en Siria con la condición de que no vaya en detrimento de la
seguridad del Estado de Israel, como por ejemplo que, al final de
cuentas, las fuerzas de Irán, Hizbulá y Dáesh sean eliminadas del suelo
sirio".
"Ha llegado el momento", continuó, "de que la comunidad
internacional reconozca la realidad, especialmente dos hechos
fundamentales. Uno, lo que está más allá de la frontera, la frontera en
sí misma no va a cambiar. Dos, después de 50 años ha llegado el momento
de que la comunidad internacional reconozca finalmente que los altos del
Golán se mantendrán bajo la soberanía de Israel de forma permanente".
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