Footprints - Praia do Castelejo, Vila do Bispo, Algarve

quarta-feira, 27 de abril de 2016

Internacionalismo y crisis de los refugiados

En Europa, estamos enfrentando una de las mayores crisis de refugiados de nuestra historia: en 2.015, según los datos de Eustat, más de un millón de personas pidieron asilo a Europa, la mayoría de ellas provenientes de Siria, Afganistán e Iraq y, según datos de Oxfam, casi 10.000 personas murieron tratando de cruzar el Mediterráneo. Ante la magnitud de esta tragedia humana, muchos ciudadanos y ciudadanas de Euskal Herria están mostrando un alto interés en involucrase solidariamente para proporcionar ayuda a las personas afectadas. Si por un lado nos enorgullece pertenecer a un pueblo que mantiene viva la llama de la solidaridad internacional en su cultura política, creemos, sin embargo, que las iniciativas que se están impulsando para encauzar esta bienvenida y bienintencionada solidaridad (recogida y envío de ropa, material, comida, etc.) dejan de lado elementos de fondo, es decir, consideraciones fundamentales a tomar en cuenta a la hora de dar una respuesta contundente a esta intolerable situación.
En efecto, creemos que, para evitar caer en un asistencialismo paternalista poco eficaz o directamente contraproducente, tenemos que ir a la raíz del problema y poner sobre la mesa las responsabilidades políticas de las instituciones y Estados europeos tanto en el origen del problema como en la nefasta gestión de las consecuencias de esta crisis de refugiad@s.
En este sentido, por un lado, queremos subrayar que las personas refugiadas huyen principalmente de países en los que las potencias europeas intervinieron y siguen interviniendo militarmente, creando caos, muerte y destrucción. A estas alturas, sobra decir que estas injerencias que socavan la soberanía de los pueblos afectados distan mucho de ser impulsadas por consideraciones humanitarias sino que buscan, ante todo, la materialización de los espurios intereses tanto económicos como geopolíticos de las potencias europeas. Por si fuera poco, la UE y los Estados miembros siguen manteniendo relaciones políticas y económicas de preferencia con Estados como el turco y el saudí cuyo papel desestabilizador en la región (mediante bombardeos indiscriminados y connivencia con el Daesh) ha sido ya públicamente reconocido.

Sem comentários:

Enviar um comentário