Mohamad Wasim Maaz trabajó incansablemente en el infierno en que han
convertido a la segunda ciudad más importante de Siria antes de que le
arrebataran la vida, junto a varios colegas más, en un ataque aéreo del
gobierno sirio contra el hospital donde trabajaba. El doctor Maaz había
salvado la vida de innumerables niños en los distritos de Alepo
devastados por la guerra.
“El Dr. Maaz estaba considerado un excelente pediatra y era uno de los últimos que quedaban en este infierno”, dijo a AFP uno de sus compañeros.
El pasado miércoles, a última hora de la noche, un ataque aéreo sobre
el Hospital al-Quds, en la zona de Sukari de la ciudad, se llevó su vida
y las de un dentista, tres enfermeras y al menos 22 civiles.
Maaz era originario de Alepo y se disponía a cruzar la frontera con Turquía para visitar a su familia y regresar.
“Como tantos otros, al Dr. Maaz le han asesinado por salvar vidas”,
dijo el Dr. Hatem, un colega que prefirió no dar su nombre completo.
Hatem gestiona el Hospital Infantil de Alepo, donde el Dr. Maaz
trabajaba durante el día antes de atender los casos urgentes por la
noche en el Hospital Al-Quds.
“El Dr. Maaz y yo solíamos pasar
juntos unas seis horas al día. Era una persona muy abierta y amable,
solía bromear mucho con todos nosotros, era el doctor más querido en
nuestro hospital”, decía Hatem en una carta publicada por el grupo de defensa del pueblo sirio Syria Campaign. Un homenaje compartido ya 23.000 veces en Facebook.
Otro colega del Dr. Maaz dijo en la BBC
que habían estado trabajando juntos durante cinco años: “Era uno de mis
mejores amigos. Tenía 36 años, no se había casado aún, estaba esperando
a que esta guerra sangrienta terminara para hacerlo”, dijo.
“Amaba su país, amaba su ciudad. Quería quedarse allí, en Alepo, la
ciudad más peligrosa del mundo, junto a los bebés y los niños, sentía
devoción por ellos. ¿Quién iba a atenderlos si todos se marchaban?”.
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