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sexta-feira, 29 de abril de 2016

La situación del Partido Socialista en Francia (y en España)

Una de las noticias que llegan al público español a través de los mayores rotativos y grandes cadenas de televisión es que Francia está viviendo una situación de gran agitación social, dirigida en parte por los mayores sindicatos y los mayores movimientos sociales de sensibilidad progresista, que gozan de un considerable apoyo, muy en particular entre los jóvenes, que han iniciado un movimiento muy semejante al movimiento de los indignados en España que se está extendiendo por todo el país.
La causa inmediata de esta agitación social ha sido la propuesta de reforma laboral del gobierno socialista del Sr. Hollande (uno de los presidentes menos populares que haya tenido aquel país), una reforma que, en muchos aspectos, parece inspirarse en la reforma laboral del gobierno del PP, presidido por el Sr. Rajoy, que fue, en su día, iniciada por el gobierno socialista del PSOE, presidido por el Sr. Zapatero. Las principales características de esta reforma son que facilita el despido de los trabajadores por parte de los empresarios (lo que se define como facilitar la “flexibilidad” del mercado de trabajo) y descentraliza los convenios colectivos a nivel de empresa, además de otras medidas que debilitan a los convenios colectivos y a los sindicatos. El argumento que se utiliza para justificar esta reforma es el de que el elevado desempleo en Francia, un 10,4% (Fuente: EUROSTAT, Unemployment rate by sex and age, annual average, %), es atribuible a la excesiva rigidez del mercado de trabajo, reproduciendo el argumentario que tanto el PSOE como el PP (y ahora también Ciudadanos) han estado promoviendo en España. Tales prácticas asumen que dicha supuesta rigidez hace muy difícil para los jóvenes entrar en el mercado de trabajo, permaneciendo como “outsiders” frente a los “insiders”, que son los que tienen trabajos fijos. La propuesta del contrato único de Ciudadanos (a la que ni siquiera el PP se atrevió) aparece en forma modificada en el pacto PSOE-C’s.
Apoyando tales medidas están la patronal así como las grandes empresas, tanto de carácter financiero como las empresas manufactureras y de servicios (el IBEX-35 francés). Y, como era de esperar, el establishment académico e intelectual de las llamadas “ciencias” económicas están promoviendo esa reforma laboral a través de los medios de información y persuasión financiados por aquellas empresas. Entre tales economistas del establishment están el que fue economista en jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Sr. Olivier Blanchard, y el Premio Nobel de Economía, el Sr. Jean Tirole.
Oponiéndose a estas medidas están, además de los mayores sindicatos (como la CGT), los mayores movimientos sociales progresistas, los partidos de izquierdas -incluyendo la izquierda del Partido Socialista (un sector que ha dejado de existir dentro del PSOE, como se muestra con el apoyo del guerrismo al pacto PSOE-C’s) y los supuestos beneficiarios de la reforma, los jóvenes, que han iniciado el movimiento 15-M en Francia. En el mundo académico económico Thomas Piketty, que ha sido asesor de Podemos, se opone a tales reformas, acentuando que el elevado desempleo en Francia tiene mucho más que ver con la falta de crecimiento económico que con las supuestas rigideces del mercado de trabajo, tal como unas pocas voces críticas con la sabiduría convencional del pensamiento económico neoliberal (dominante en el establishment financiero-político-mediático español) hemos estado acentuando en España (ver mi libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante, Anagrama, 2015).

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