Cuando Rami Fawda oyó que el cruce de Rafah finalmente debía abrirse su reacción fue de alivio mezclado con ansiedad.
El alivio fue porque el ingeniero de 44 años vive en Ankara, Turquía,
donde trabajó durante 13 años y necesitaba regresar. Había venido a Gaza
en verano para ver a su familia, por segunda vez desde que se fue, pero
se quedó atascado cuando por tres veces no pudo salir por el paso de
Rafah, el límite entre Gaza y Egipto.
Fawda estaba listo para
partir en octubre, cuando las autoridades egipcias anunciaron una
apertura programada de Rafah tras la fanfarria de las negociaciones de unidad preliminares
recién concluidas entre los partidos palestinos Fatah y Hamás en El
Cairo. Pero esa oportunidad también fue anulada, esta vez por un ataque a
un puesto de control del ejército egipcio en el Sinaí que cobró 30
vidas, incluidos seis soldados, y se atribuyó al Estado Islámico.
Sem comentários:
Enviar um comentário