En definitiva, los países llamados “en vías de desarrollo” (PED) de
hoy reemplazan a las colonias de ayer: las grandes empresas
multinacionales occidentales se establecen en las antiguas colonias,
invierten allí y de allí extraen los recursos para acumular descomunales
beneficios que se evaden a los correspondientes paraísos fiscales. Todo
ello se desarrolla bajo la mirada benévola de las corrompidas élites
locales, con el apoyo de los gobiernos del Norte y las Instituciones
Financieras Internacionales (IFI) que exigen la amortización de las
deudas odiosas heredadas de la colonización. Por el apalancamiento de la deuda
y de las políticas neocapitalistas impuestas que la condicionan, las
poblaciones expoliadas pagan todavía el crimen colonial de ayer y las
élites lo siguen perpetuando hoy subrepticiamente, es lo que se ha
convenido en denominar el neocolonialismo.
Sem comentários:
Enviar um comentário