Cada vez que se revelan datos sobre los llamados paraísos fiscales,
cunde el pánico en amplios medios económicos que se valen de ese
expediente. Canalizan sus riquezas para esos territorios que arriendan
sus soberanías para esconder negocios oscuros.
Los llamados paraísos fiscales son verdaderos prostíbulos del capitalismo. En esos
territorios se practica todo tipo de actividades económicas que serían
ilegales en otros países, captando y limpiando sumas millonarias de
recursos, como los provenientes del comercio de armas, del narcotráfico y
de otras actividades ilegales de otros países. Sirven asimismo para
hacer circular capitales sin pagar los impuestos que deberían pagar en
sus países de origen.
Los paraísos fiscales, que sumarían entre
60 y 90 en el mundo, son micro-territorios o Estados con legislaciones
fiscales flojas o incluso inexistentes. Una de sus características
comunes es la práctica de recibir capitales de manera ilimitada y
anónima. Son países que comercializan sus soberanías ofreciendo un
régimen legislativo y fiscal favorable, cualquiera que sea su origen. Su
funcionamiento es simple: varios bancos reciben dinero del mundo entero
y de cualquier persona teniendo costos bancarios bajos, comparados con
el promedio de otros bancos en otros lugares.
Los paraísos
fiscales tienen un rol central en el universo de las finanzas sucias,
esto es de los capitales originados en actividades ilícitas y
criminales. Mafias y políticos corruptos son clientes asiduos de esos
territorios. Según el FMI, el blanqueamiento de dinero representa entre
el 2 y 5% del PIB mundial y la mitad de los flujos de capitales
internacionales; circulan o residen en esos Estados, entre 600 mil
millones y 1 trillón y 500 mil millones de dólares sucios.
El
número de paraísos fiscales se incrementó con la desreglamentación
financiera promovida por el neoliberalismo. Las innovaciones
tecnológicas y la constante invención de nuevos productos financieros
que escapan a cualquier reglamentación han acelerado.
Sem comentários:
Enviar um comentário