“Fuera o no fruto de un error, se trata de una cuestión sin
importancia”, dijo un judío israelí que se incorporó a las grandes
protestas habidas en Israel en apoyo del soldado que con toda calma y
precisión asesinó a un palestino herido en al-Jalil (Hebrón). El judío de la protesta describió a los palestinos como “bárbaros” y “bestiales”, sujetos que no alcanzan la categoría de personas.
Este no es precisamente un punto de vista marginal en Israel. La inmensa mayoría de los israelíes, el 68%, apoya el asesinato de Abdel Fatah Yusri al-Sharif,
de 21 años, por el soldado que, según se ha informado, había anunciado
antes de disparar contra el palestino herido que “el terrorista tenía
que morir”.
La escena del crimen
habría quedado relegada a los anales de los muchos asesinatos
“controvertidos” de los soldados israelíes si no hubiera sido por que un
activista palestino que colabora con el grupo israelí B’Tselem, que lucha por los derechos humanos, filmó el sangriento suceso.
Una vez más, el incidente pone de manifiesto la cultura de la impunidad que existe en el ejército israelí, algo que no es precisamente un fenómeno nuevo.
No sólo la sociedad israelí apoya
en particular al soldado responsable de este incidente sangriento, casi
la inmensa mayoría defiende asimismo las ejecuciones en el campo de
batalla.
De hecho, la cultura de la impunidad
en Israel está relacionada tanto con las tendencias políticas como con
las creencias religiosas. Según el último Índice de la Paz publicado por
el Instituto por la Democracia en Israel de la Universidad de Tel Aviv,
casi el 67% de la población judía del país cree que “matar al terrorista que viene hacia ti con un cuchillo es un mandato divino”.
Matar
palestinos como una forma de deber religioso se remonta a los primeros
días del Estado judío, y esas creencias son corroboradas constantemente
por las altas instituciones espirituales del país, como por ejemplo en
el caso del reciente decreto emitido por el principal rabino sefardí del
país, Yitzhak Yosef. Aunque entre los ultraortodoxos hay un 94% que
está de acuerdo con el edicto asesino de Yosef, hay también un 52% de
los laicos del país que lo suscribe.
En realidad, deshumanizar a
los palestinos –describiéndoles como “bestias”, “cucarachas”, o
tratándoles como seres inferiores desechables- ha sido históricamente un
común denominador en la sociedad israelí, algo que ha unido a los
judíos de diversos orígenes políticos, ideológicos y religiosos.
Por
ejemplo, el decreto del rabino Yosef no es muy diferente de las
declaraciones que suele hacer el ministro de Defensa Moshe Yaalon y
otras autoridades del gobierno y del ejército, que hacen llamamientos similares, aunque sin utilizar un discurso religioso tan contundente.
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