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terça-feira, 14 de fevereiro de 2017

“Nada de lo que provocó la explosión de 2011 ha sido arreglado”

Cuatro años después de la publicación de “El pueblo quiere: una exploración radical del levantamiento árabe”, Gilbert Achcar acaba de publicar “Síntomas mórbidos: la recaída del levantamiento árabe”/1. Una ocasión que aprovechamos para volver sobre la evolución reciente del levantamiento desencadenado en el invierno de 2010-2011 y sobre las perspectivas ligadas a la elección de Donald Trump.
-¿Por qué, seis años después del comienzo del levantamiento, la región sigue en plena desestabilización?
-La región sigue en plena desestabilización por la sencilla razón de que nada de lo que provocó la explosión de 2011 ha sido arreglado. El bloqueo socioeconómico que conoce la región desde hace decenios se ha agravado desde 2011 debido a la onda de choque de los levantamientos, que se ha añadido a los factores estructurales que existían. Las políticas económicas han empeorado: lejos de corregir el tiro distanciándose de las políticas neoliberales que contribuyeron en gran medida a crear la situación explosiva, se ha visto a las instituciones financieras internacionales presionar a favor de un incremento de medidas en la misma dirección, e incluso llegando más lejos aún, como se puede ver en un país como Egipto.
En fin, el factor clave es que el levantamiento de 2011 no ha logrado producir direcciones a la altura de ese desafío histórico, lo que sigue siendo la dificultad mayor con que tropieza este proceso revolucionario, que comenzó en 2011 y que está destinado a durar largos años, probablemente decenios, hasta que emerjan direcciones capaces de llevar a cabo las transformaciones sociales, económicas y políticas radicales necesarias. A falta de ello, la región corre el riesgo de lo peor. Se tiene ya un anticipo de ese peor, pero puede desgraciadamente ir más allá, a la escala del conjunto de la región.

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