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terça-feira, 21 de fevereiro de 2017

“Un medio de comunicación no siempre puede ser neutral o imparcial”

En Nueva Loja, capital de la nororiental provincia de Sucumbíos, al lado de la entrada principal de Radio Sucumbíos, frente a un pequeño jardín, se encuentra un colorido gran mural con siete rostros, incluyendo cinco de las etnias nativas (kichwa, siekopai, cofán, shuar, siona), uno afro y otro que representa a los campesinos mestizos. El mural muestra el sentido de la filosofía y el objetivo de la emisora: “Trabajamos por la interculturalidad”.
La radio vio la luz en 1992 por impulso de Mons. Gonzalo López Marañón, en ese entonces vicario apostólico de esa provincia. Era una época en que Sucumbíos tenía pocas vías de comunicación y sus habitantes —indígenas y gentes venidas de fuera— escasas posibilidades de contacto.
A través de los años mucho ha cambiado. La economía petrolera ha transformado —a menudo para peor— toda la región amazónica. Hoy existen en la provincia unas 30 emisoras, pero Radio Sucumbíos cubre un territorio más amplio que las competidoras. Es parte de las redes de ALER (Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica) y CORAPE (Coordinadora de Medios Comunitarios Populares y Educativos del Ecuador), en las que confluyen muchas emisoras que comparten tres características: son comunitarias, son populares, son educativas. Este año la radio del Vicariato cumple 25 años de satisfacciones pero también de conflictos amargos.
Marilú Capa Galarza, periodista, coordinadora de información y conductora del radioperiódico “El Comunicador” es la guía en la visita al local de la emisora. En el área de prensa están apuntadas en una gran pizarra las tareas de la semana; en una habitación contigua otra pizarra muestra la lista de entrevistas. En Radio Sucumbíos trabajan en total 14 personas, pero hasta hace pocos años eran 23.

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