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sexta-feira, 30 de junho de 2017

"El Estado Islámico hoy es una bestia acorralada”

-¿Cómo explicas la ruptura por Arabia Saudita y sus aliados, el lunes 5 de junio, de sus relaciones diplomáticas con Qatar, acusado de “apoyar al terrorismo”? ¿Es la culminación de una crisis que maduraba desde hacía mucho? 

Interpreto esto como el golpe de gracia de lo que llamé la “recaída del levantamiento árabe”, que comenzó en 2013. Se ha entrado desde entonces en una fase de reflujo contrarrevolucionario a escala regional. Esto ha tomado la forma de una marginación de los progresistas y de la dominación de la escena política por el enfrentamiento entre defensores del antiguo régimen y defensores de la alternativa islámica integrista.
Estos dos polos contrarrevolucionarios, ambos opuestos a las aspiraciones verdaderas de la “primavera árabe” de 2011, tienen apoyos en las monarquías del Golfo. El reino saudita, fiel a su papel histórico de bastión reaccionario, ha defendido el antiguo régimen con dos excepciones: Libia, asunto en el que permanecieron neutrales y no participaron en los bombardeos de la OTAN, aunque sin apoyar a Gadafi con el que regularmente anduvieron a la gresca, y luego Siria porque el régimen de Assad está estrechamente aliado a Irán. En cuanto a Qatar, que patrocina a los Hermanos Musulmanes desde los años 1990, su emir había encontrado una ganga en el levantamiento árabe para hacer valer su papel ante los ojos de Washington y jugar la carta de la recuperación del levantamiento regional por medio de los Hermanos Musulmanes.
Las dos opciones eran por tanto antitéticas. Se vio desde el inicio, en el levantamiento tunecino. Qatar con su cadena Al Jazeera apoyó el levantamiento, en particular al movimiento Ennahda emparentado con los Hermanos Musulmanes, mientras que el reino saudí ofrecía asilo al dictador. Hoy la ofensiva en curso intenta parar el apoyo de Qatar a los Hermanos Musulmanes, poner fin al papel de agitador que juega la cadena Al Jazeera desde su creación en 1996, en la medida en que acoge a opositores de diversos países, lo que no es del gusto de los saudíes. Esto no quiere decir, por supuesto, que Qatar sea “revolucionario”, pero es la opción de acompañamiento del levantamiento a fin de recuperarlo por medio de los Hermanos Musulmanes la que resulta atacada. El reino saudita quiere darle el golpe de gracia en beneficio de la opción de defensa del antiguo régimen.

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