Las mujeres exigen raciones mayores en una manifestación en Nevskii
Prospekt después del Día Internacional de la Mujer, el 23 de febrero de
1917. Archivo Central Esta tal de Documentos Cine matógrafos y Sonoros,
San Petersburgo.
El Día Internacional de la Mujer de 1917 las trabajadoras textiles
del distrito de Vyborg de Petrogrado se pusieron en huelga, dejaron las
fábricas y cientos de ellas fueron de fábrica en fábrica llamando a
otros trabajadores a unirse a la huelga y emprendiendo violentos
enfrentamientos con las policía y los soldados.
Las mujeres, sin cualificar, mal pagadas y con unas jornadas laborales
de doce o trece horas al día en lugares sucios e insalubres, exigían
solidaridad e insistían en que los hombres actuaran, especialmente
aquellos que trabajaban en puestos calificados de ingeniería y en las
fábricas de metal, los cuales eran considera dos los más conscientes
políticamente y más poderosos socialmente de la población activa de la
ciudad. Las mujeres arrojaron palos, piedras y bolas de nieve a las
ventanas de las fábricas y se introdujeron en los talleres pidiendo que
acabara la guerra y que sus hombres volvieran del frente.
Según
muchos contemporáneos e historiadores, estas mujeres que se amotinaron
exigiendo pan con unos métodos tradicionales y “primitivos” de protesta
en defensa de unas reivindicaciones puramente económicas y que actuaron
movidas más por la emoción que por la preparación teórica pusieron sin
darse cuenta en movimiento la tormenta que barrió al zarismo antes de
desaparecer ellas mismas detrás de los grandes batallones de hombres
trabajadores y de los partidos políticos dominados por los hombres.
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