Un estandarte rojo se abre paso por los caminos nevados. El largo
séquito de hombres a pie y a caballo, mal armados y peor vestidos,
recorre la tierra fría, ocupa haciendas, desoye la autoridad y la ley
patronal. Es la hora de los pobres: en el campo, los desarrapados no
sienten el viento helado, y en sus casas con calefacción tiemblan los
dueños de todo. "No son pocos los que piensan que ha llegado el momento
de irse de allí, porque Santa Cruz se parece ya a la Rusia de 1917",
apunta el historiador Osvaldo Bayer en su clásico libro La Patagonia Rebelde, que recoge los trágicos hechos ocurridos en 1921 en la más austral de las regiones argentinas.
En aquel año, las noticias de la Rusia revolucionaria llegadas a Argentina se mezclaban con la conflictiva realidad local. "En Buenos Aires, en las provincias, en todos los lugares, salió el pueblo a la calle, sintió como que le había llegado el momento" señaló Bayer a Sputnik, en referencia al impacto de la Revolución Rusa. Por aquel tiempo estallaron huelgas agrícolas en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Chaco y Entre Ríos, que se sumaron a conflictos fabriles y portuarios.
En aquel año, las noticias de la Rusia revolucionaria llegadas a Argentina se mezclaban con la conflictiva realidad local. "En Buenos Aires, en las provincias, en todos los lugares, salió el pueblo a la calle, sintió como que le había llegado el momento" señaló Bayer a Sputnik, en referencia al impacto de la Revolución Rusa. Por aquel tiempo estallaron huelgas agrícolas en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Chaco y Entre Ríos, que se sumaron a conflictos fabriles y portuarios.
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