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segunda-feira, 6 de fevereiro de 2017

La revuelta es el único freno a un Estados Unidos fascista

Este artículo es una transcripción de la charla que dio Chris Hedges el sábado [21 de enero de 2016] en el acto de Inaugurate the Resistance [Inaugurar la resistencia] en Washington, D.C.
Las elites gobernantes, aterrorizadas por la movilización de la izquierda en la década de 1960 o por lo que [el politólogo] Samuel P. Huntington denominó el “exceso de democracia” de Estados Unidos, crearon contrainstituciones para deslegitimar y marginar a los críticos del capitalismo y del imperialismo corporativos. Compraron la lealtad de los dos principales partidos políticos. Impusieron la obediencia a la ideología neoliberal en el mundo académico y el de la prensa. Esta campaña, planteada por Lewis Powell en su memorándum de 1971 titulado “Attack on American Free Enterprise System” [Ataque al sistema estadounidense de libre empresa], supuso el plan de acción para el artero golpe de Estado corporativo que se ha completado 45 años más tarde.
La destrucción de las instituciones democráticas, donde el ciudadano tiene voz y la posibilidad de actuar, es mucho más grave que la llegada del demagogo Donald Trump a la Casa Blanca. El golpe destruyó nuestro sistema bipartidista. Destruyó los sindicatos. Destruyó la educación pública. Destruyó la judicatura. Destruyó la prensa. Destruyó la academia. Destruyó la protección del consumidor y del medio ambiente. Destruyó nuestra base industrial. Destruyó comunidades y ciudades. Y destruyó la vida de decenas de millones de estadounidenses que ya no pueden encontrar un trabajo que les proporcione un salario digno y están obligados a vivir en la pobreza crónica o encerrados en jaulas en nuestro monstruoso sistema de encarcelamiento masivo.

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