¿Por qué optar por el socialismo? Es común alegar que el
socialismo será más justo y equitativo que el capitalismo, pero esto no
resuelve el problema ya que las personas no siempre se sienten motivadas
por la justicia social. Por otra parte hay que considerar cuán exigente
y desafiante es el proyecto socialista: ¡el objetivo es cambiar toda la
sociedad! En proyectos de tal naturaleza las intenciones y los impulsos
operativos no son necesariamente racionales. También está la difícil
cuestión de la longevidad de las motivaciones, la cuestión de si el
compromiso individual (mientras dure) coincidirá con el de otros que
comparten el objetivo socialista durante el tiempo necesario para que el
proyecto cuaje.
Cabe señalar también que, mientras el socialismo
fue comprendido como consecuencia necesaria de un desarrollo histórico
inexorable, no hubo necesidad de preguntar ¿Por qué socialismo?
En el período posterior a la muerte de Karl Marx y hasta la primera
mitad del siglo pasado, el socialismo habitualmente se entendió como
algo tan inevitable que, para algunos pensadores, podía verse como poco
deseable para la humanidad pero sin embargo parte de un futuro
ineludible (básicamente la postura del economista austriaco Joseph
Schumpeter entre otros) [1].
Tal vez aquí nos encontramos con la verdadera importancia del artículo «¿Por qué socialismo?» de Albert Einstein [2]. Más que por su contenido
que incluye argumentos interesantes –por ejemplo el planteamiento de
que solo una economía socialista planificada puede superar la mutilación
del individuo que impone el capitalismo–, este breve ensayo de 1949
constituye un hito por adoptar una postura original: la de
conceder que el socialismo no es inevitable y debe ser anhelado.
Efectivamente, el texto de Einstein reconoce que el socialismo debe ser
buscado activamente.
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