La sociedad israelí está constantemente desviándose hacia la derecha
y así todo el paradigma político del país se redefine constantemente.
Israel, que ahora está “gobernado por el Gobierno de derecha más extrema
de su historia”, ha pasado de ser una apreciación informada a
convertirse en un burdo cliché en el transcurso de unos pocos años.
De hecho traspasó esa línea exactamente en mayo de 2015, cuando el
primer ministro de derecha, Benjamín Netanyahu, armó su estrecha
formación de Gobierno con una mayoría de derechistas afines, fanáticos
religiosos y ultranacionalistas. Al traer al redil al ultranacionalista
Avigdor Lieberman, Netanyahu está repitiendo su archiconocida fórmula.
Desde el miércoles 25 de mayo Lieberman también se ha convertido en el
ministro de Defensa de Israel. Teniendo en cuenta la política ruidosa y
violenta de Lieberman -como lo ha demostrado en sus dos mandatos como
ministro de Asuntos Exteriores (2009-2012 y luego desde 2013 a 2015)-,
siendo ministro de Defensa de Israel del “Gobierno de derecha más
extrema de la historia” alberga todo tipo de aterradoras perspectivas.
Mientras muchos comentaristas señalaban correctamente las provocadoras y
salvajes declaraciones anteriores de Lieberman -por ejemplo su
declaración en el año 2015 amenazando con decapitar a los ciudadanos
palestinos de Israel con un hacha si no son totalmente leales a Israel,
abogando por la limpieza étnica de los ciudadanos palestinos de Israel,
su ultimátum a la muerte del ex primer ministro palestino, Ismail
Haniya, y así sucesivamente -su predecesor, Moshe Yaalon, se salvó de
muchas culpas-.
Peor aún, el exministro de Defensa Ya’alon fue
considerado por algunos como un ejemplo de profesionalidad y moral. Está
“bien considerado”, escribió William Booth en el Washington Post,
en comparación con el “controvertido matón” Lieberman. Pero, ¿"bien
considerado" por quién? ¿Por la sociedad israelí, donde la mayoría apoya
el asesinato a sangre fría de los palestinos?
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