Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, propondrá el 5
de julio que el acuerdo comercial entre Canada y Europa (CETA por sus
siglas en inglés) se apruebe sin contar con el voto de los parlamentos
de los Estados miembros.
Funcionarios de la Comisión Europea
(CE), como la portavoz de Jean-Claude Juncker Mina Andreeva, y diversos
medios alemanes y austriacos han hecho pública la propuesta, presentada
este pasado martes por Jean-Claude Juncker ante los lideres de la Unión
Europea, de declarar la firma del acuerdo con Canadá un acuerdo de
competencia exclusiva de la CE, un acuerdo “EU-only” o “no mixto”. De
este modo, la firma y aprobación del acuerdo no pasaría por la votación y apoyo necesaria de los Estados miembros, como sería necesario actualmente al tratarse de un acuerdo “mixto”.
Según
estas fuentes, la CE propondrá el 5 de julio un procedimiento simple de
aprobación en un intento de acelerar la adopción de este acuerdo
comercial entre la UE y Canadá visto como controvertido en muchas
capitales de la UE. Así, Juncker y la comisaria de Comercio Cecilia Malmstrom, eliminan de un plumazo antidemocrático a los detractores de este y otros tratados de libre comercio que se siguen negociando a las espaldas de la ciudadanía.
Juncker
también aprovechó esta ocasión para instar a los líderes de la UE a que
respaldaran las negociaciones del tratado libre comercio con Estados
Unidos (TTIP por sus siglas en inglés), frente al creciente escepticismo
en los Estados miembros provocadas por las filtraciones de Greenpeace y
las continuas campañas realizadas por plataformas ciudadanas para
intentar desenmascarar este tratado negociado en secreto.
Malmstrom,
ya ha declarado que espera que CETA se apruebe antes de finales de
octubre, durante una visita prevista a Bruselas por el primer ministro
canadiense Justin Trudeau. Si la toma de decisión siguiera siendo la
estipulada para una acuerdo mixto, cada país miembro tendría que aprobar
el tratado mediante votación en sus parlamentos, lo cual retrasaría su
aprobación durante meses.
Entre los detractores declarados se
encuentra la región belga de Valonia, que ya ha manifestado su oposición
al acuerdo con Canadá. Lo países Bulgaria y Rumanía también han
expresado su repulsa a un tratado donde Canadá no se compromete a
extender su sistema de visado a la ciudadanía de estos dos países.
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