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sábado, 4 de junho de 2016

Modesta contribución a la erradicación del fundamentalismo

“Modesta contribución a la erradicación del fundamentalismo” es uno de los artículos que el autor de Leyendo a Gramsci, La gran perturbación, Para la tercera cultura y Sobre Manuel Sacristán publicó en la revista cultural vallisoletana El signo del gorrión (número 17, invierno de 1999, pp. 107-121). Miguel Casado, otra de las almas de aquella publicación inolvidable, nos ha facilitado una copia del texto. Muchas gracias querido amigo (y maestro).
Reeditamos este trabajo el día 4 de junio de 2016. Francisco Fernández Buey, nuestro Paco, el Paco de tantos ciudadanos, estudiantes y activistas hubiera cumplido hoy 73 años. El artículo, en nuestra opinión, es uno de sus textos -que son muchos- más penetrantes y clarividentes. Por su fuerza literaria, política, analítica y filosófica. Un ejemplo de todo ello: “Y la semilla de la contradicción de la Serpiente quedó en sus vientres. No un Dios, sino la necesidad, les expulsó de un Jardín que algunos, los menos, llamaban Paraíso. Entonces se sintieron desnudos y perplejos: también ellos entre guatemala y guatepeor. Si, acosados por el hambre, la sed y las enfermedades, migraban al Jardín del Norte jugándose la vida, al llegar allí se les decía que estaban confundiendo la libertad de los modernos con la libertad de los posmodernos, que es libertad para los que ya la tienen pero libertinaje para los que aspiran a tenerla”.
Por si faltara algo, sigue siendo de rabiosa -e indignada- actualidad. También lo es en su magnífica defensa de la libertad republicana: “Los habitantes del Jardín del Sur del Edén, en la época del Principio del Fin de la Historia, amaban la Libertad. Igual que los otros. Igual que todos los hombres. Porque estaban hechos de la misma pasta. Pero no sabían todavía que la Libertad se dice de muchas maneras: de tantas como el ser aristotélico. Mientras que los habitantes del Jardín de Norte del Edén llamaban a la libertad Mercado, los habitantes del Jardín del Sur del Edén aún pensaban, en su materialismo ingenuo, que el nombre propio de la libertad es Satisfacción de las Necesidades Básicas. Identificaban primitivamente la Libertad con el comer y con el beber, con el derecho a la vivienda, con la supervivencia y la posibilidad de procreación”.
En su memoria, pues, en su honor, agradeciendo su amistad y magisterio. Enseñándonos, racional y emocionalmente, como siempre hizo, y con la modestia e inmenso saber que le caracterizó. Pensando desde abajo y, siempre, con su propia cabeza crítica, insumisa y libre.
Las notas finales son nuestras.

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