-M.H.: Tenemos una segunda dimisión en el gabinete de Michel Temer,
casualmente el Ministro de Transparencia, Fabiano Silveira. ¿Qué nos
podés comentar al respecto?
-R.A.: Es la prueba mas
cabal de la caótica situación del gobierno de Temer, un gobierno
interino que tiene en su Ministerio un número enorme de ministros
involucrados en la corrupción. Por ejemplo, es el caso del llamado
Ministro de la Transparencia que actúa en plena intransparencia. Así
como Romero Jucá que fue dimitido hace dos semanas atrás. Y no será el
último, porque una parte de los ministros de Temer han sido ministros de
Dilma y de Lula y están involucrados en el Lava Jato y en otros
procesos que están siendo investigados. Entonces, la situación del
gobierno de Temer, la dimisión de ministros no se cerrará hoy, hay
muchos procesos en curso, inclusive hoy el presidente del banco privado
Bradesco está entre los que están siendo acusados. Son muchos procesos
de corrupción y todo indica que éste será un gobierno en crisis
permanente.
-M.H.: Que se ha presentado en su primer
discurso como un gobierno de salvación nacional, pidiendo a la población
orden y progreso.
-R.A.: La verdad es todo lo
opuesto, es un gobierno de destrucción nacional porque ascendió al poder
a través de una medida que puede ser jurídicamente legal, pero que
sustancia un golpe político. Esto creó la primera marca de su gobierno
basado en la ilegitimidad, es un gobierno ilegítimo.
-Por otro
lado, como este gobierno expresa lo peor de la política brasileña,
adoctrina entre sus ministros a aquéllos que están involucrados en la
crisis política y económicamente es un gobierno del mundo financiero,
por ejemplo, el Ministro de Economía es un hombre completamente
comprometido con el sistema financiero internacional, ha sido el
presidente del Banco Central durante el gobierno de Lula y antes era
presidente internacional del Banco de Boston. O sea, tienen carta blanca
para organizar la economía brasileña y están jugando por encima de los
hombros de la clase trabajadora, reduciendo salarios, los derechos del
trabajo, ampliando el tiempo de trabajo para que los hombres y mujeres
no puedan jubilarse en el tiempo justo, ni una medida para reducir la
ganancia de las bancas, ni una medida para introducir una regulación a
las grandes fortunas, no es el gobierno de la salvación nacional,
política y económicamente es un gobierno que nació de un golpe y que va a
significar más destrucción nacional.
Si el gobierno de Dilma ya
era un gobierno muy negativo para las clases trabajadoras, éste tiene
la calidad de ser mucho peor. Esta es la triste situación brasileña hoy,
inclusive existe la posibilidad de que las Olimpíadas sean suspendidas,
fundamentalmente porque existen una serie de enfermedades que asustan a
los extranjeros para venir al Brasil. No existe la menor posibilidad de
que la situación mejore en los próximos meses.
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