Puesto a elegir entre dos males (los contendientes para la presidencia de Estados Unidos), Julian Assange, director de Wikileaks, describe así la disyuntiva:
Donald Trump es imprevisible. Hillary Clinton, por el contrario, es perfectamente previsible. Por desgracia.
La virtual candidata por el Partido Demócrata, pronosticó, seguirá una política de intervenciones militares en el mundo,
algo que está en el alma misma de Estados Unidos. Es, añadió,
un halcón (como se señala a los gobernantes estadunidenses proclives a las opciones bélicas) y va a tener el poder de iniciar muchas guerras, aunque a lo largo de sus campañas ha insistido en que quiere terminarlas.
Assange
participó este martes, vía Internet desde la embajada de Ecuador, en
Londres, donde se encuentra asilado desde hace cuatro años, en el Foro
de los Medios organizado por la agencia de noticias rusa Rossiya
Segodnya, en el cual se debate sobre el futuro de los medios de
comunicación monopólicos.
Luego de escuchar muestras de apoyo y
solidaridad de varios de los periodistas asistentes, respondió a una
pregunta sobre su encierro.
Sigue siendo difícil, sobre todo porque mis hijos están creciendo, pasando de la niñez a la juventud, y no estoy con ellos, expresó. Admitió que sufre problemas de salud.
Pero por lo menos todavía puedo trabajar. Y de hecho, añadió, este ha sido un año muy productivo para él y Wikileaks.
En
su análisis sobre la correlación de fuerzas que hay a nivel global
entre los medios corporativos dominantes y los emergentes que se
esfuerzan por contrarrestar el poder de los grandes consorcios, explicó
que no comparte el optimismo expresado por varios de los ponentes en el
sentido de que el poder monopolizador de los grandes grupos mediáticos
se está debilitando. Hubo quienes incluso aseguraron que estos
monopolios ya
están muertos.
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